jueves, 26 de abril de 2012

Capítulo 18.

 *En la puerta del ayuntamiento*
-¿Pero qué te piensas que soy tonta? ¿Tú de qué vas?
-Brenda, escúchame, por favor.
-No, no me da la gana. Estoy hasta las narices de escuchar las mismas cosas sobre nuestra relación.
-Pero sólo es eso, comentarios. Nadie te puede confirmar si son o no verdad.
-Que no Pablo, que pases de mí, que he visto como tonteas con Susana...
-¿Con Susana? Venga ya, esto es flipante...
-No, ahora no te hagas el loco, que entre vosotros hay demasiado buen rollito. Con mi mejor amiga, ¿cómo te atreves? Y esa... esa me las va a pagar caras. -Dijo con odio.
-Brenda, ¿estás oyendo las gilipolleces que dices? Que yo te quiero a ti. Susana es mi amiga, y una de las mejores.
-Ya, pero no es normal que le cuentes las cosas a ella antes que a mí, que la llames por las noches para hablar con ella, que siempre que estais juntos es como si yo sobrara. Y el otro día quedasteis, que yo misma os vi y se os veía muy felices y muy bien juntos...
-El otro día quedé con ella para comprarte el regalo de reyes, que no tenía ni puta idea de qué comprarte y con el viaje que he hecho con mi familia a esquiar no he tenido tiempo de pensar en tu regalo, pero muchas gracias por tu confianza...

                                        #Narra Marcos#
 *En el portal*
Joder. Ashley se había quedado petrificada, no se movía ni hablaba, me costaba detectar si respiraba, pero sí, lo hacía. Puede que haya quedado como un subnormal y un cursi, puede que nuestra amistad se joda, pero necesitaba decírselo.
-¿Ashley, estás bien? -Le dije tocándole la cara.
-Emm.. sí, sí. -respondió alejándose un poco- Yo... em... bueno, me voy ya. Adiós. -En cuestión de segundos había desaparecido de mi vista.
La verdad, me quedé un poco... ¿cómo decirlo? ¿decepcionado? Sí, esa es la palabra. Estaba decepcionado, no con Ash, o tal vez sí... Puede que conmigo mismo por haber hecho esta locura, por haber dicho cosas que lo habían estropeado todo.
Subí a mi casa y me senté en el borde de la cama, hundí la cara entre mis manos y empecé a llorar. Lloré durante unas cuantas horas, como un niño pequeño, sin parar, sin emitir ningún sonido. Creo que nunca había llorado tanto, creo que desde aquel día me quedé sin lágrimas.

No llevábamos ni un mes de instituto y ya se acercaban más fiestas. Quedaban un par de días para Santo Tomás de Aquino y todo el instituto estaba revolucionado. Casi no dábamos clase. Nunca abanzábamos materia ya que nos pasábamos las horas discutiendo sobre quién haría cada prueba y todas esas cosas. Pero yo seguía con la misma rutina de siempre: en cada cambio de clase buscaba a Ash, pero cuando la tenía cerca no me atrevía a volver a hablar con ella. La dejaba pasar por mi lado, sin echarme esa sonrisa que tanto me gusta, sin mirarme a la cara... Llevaba desde el día que vino a mi casa sin dirigirme ni una sola palabra, no era justo, pero no podía hacer nada para impedirlo. Pero hoy sería diferente.
Sonó el timbre de salida, bajé las escaleras corriendo y fui a la puerta a esperar a los demás, para mi sorpresa Ash ya estaba ahí. Seguía siendo preciosa, pero desde que empezó a salir con esa gente ''de la plaza'' la veía más cambiada. Llevaba unos pitillos que marcaban el relieve de su culo respingón, una camiseta marrón con más escote del que ella solía llevar y una fina chaqueta azul marino; se le notaba que estaba tiritando de frío. Estaba con una de sus nuevas amigas en la puerta, con un montón de papeles en la mano.
-Estás invitado a la fiesta de Clark. -Me dijo sonriendo al mismo tiempo que me repartía un papel que resultaba ser una invitación- Es el día 27 a las 10 en su casa de campo, no faltes. -Terminó de decir guiñándome un ojo, no entendía nada de lo que estaba pasando. Llegaron Brenda y Pablo, parecía que ya habían resuelto un problema muy gordo que tuvieron.
-Brenda, ¿tú sabes quién es ese tal Clark?
-Pues ni idea, pero seguro que Sus sí lo sabe, creo que es uno de sus nuevos amiguitos... ¿También te han invitado a su fiesta?
-Sí, me ha dado esto Ashley, -dije mostrando la invitación- es muy raro, me ha sonreído.
-A lo mejor se le ha pasado el cabreo. Si me quisieras contar lo que pasó podría hablar con ella...
-No gracias, no hace falta. -Nadie sabía por qué Ash dejó de hablarme , no quería que supieran que le quería, aunque todo el mundo lo notaba.

Eran las 9 y media, y más de medio pueblo estaba en la punta del Paseo (al parecer habían repartido invitaciones a todo el mundo) donde unos autobuses nos recogerían para subirnos al campo de ese tío. De repente llegó Catherin y me abrazó muy fuerte. Iba sola, me extrañaba que no fuera acompñada por Harry. Cath era una chica de la edad de Ash, pelirroja, bajita, con los ojos muy negros, con hoyuelos y bastante mona.
Los autobuses empezaron a llegar, según me había explicado Harry, que le había explicado Catherin, que le había explicado un conocido de Clark, eran dos autobuses que subirían y bajarían hasta que el campo se llenara de gente. Todos iban vestidos de fiesta: chicas con faldas a ras del culo y camisetas escotadas o vestidos cortos, y musculitos con camisetas y pitillos para marcar. Tom, Pablo, Brenda, Harry, Cath y yo subimos en el primer autobús.
Desde la carretera podíamos ver el 3º y 4º piso de una mansión enorme. El autobús se paró en frente de una gran verja negra y las puertas se abrieron. Entramos dentro. Ahora la casa parecía más grande, aunque parecía imposible. A la derecha había una piscina y un jacuzzi, enorme, como todo lo demás; a la izquierda una caseta con una barbacoa, cerca de la puerta de entrada a la casa un DJ, una barra, muchas mesas con comida, gente y más gente repartida por todos lados, pero sobretodo, alcohol. Sus apareció y me dio un pescozón.
-¡Feeeeeeo! Mira que arreglado viene hoy el tonto este.
-¡Jajaja! Tú si que vas guapa Sus. Me alegro de verte después de tanto tiempo.
-Ya... Pero bueno, ahora toca divertirse, ¿no? -dijo para cambiar de tema.
-Oye, ¿sabes dónde está Ash?
-Emm... sí, la he visto antes en la parte de atrás, con Clark. Espero que la encuentres. -Me abrazó y se fue.
La verdad, me encantaba ver a Sus tan feliz. Hacía casi dos años que no la veía sonreír de esa forma, desde que empezó a quererme...
Eché un vistazo a mi alrededor y estaba completamente solo, así que no me quedaba otra que ir a buscar a Ash. Di un rodeo a la casa, buscándola entre la gente, la mayoría borracha, pero ni rastro de ella.

Continuará..

sábado, 25 de febrero de 2012

Capítulo 17.

                                        #Narra Marcos#
Ya habían pasado más de dos semanas, yo había empezado el año sin saber nada de ella y el instituto estaba a punto de comenzar. Muchas veces había pensado en llamarla o en quedar para hablar las cosas y arreglarlo todo, y que ella volviera a ser la gran pieza que ahora mismo no formaba parte de mi vida pero que tanto necesitaba. Sonó el telefonillo.
-¿Si? -respondí.
-Mmm.. ¿está Marcos? -dijo temblorosa una voz conocida- Soy Ashley, una amiga del instituto.
-Eh, -me quedé paralizado- sí, soy yo.
-¿Puedes bajar un momento, por favor?
-Sí, ya, ya bajo. -Bajé las escaleras lo más deprisa que pude y llegué al portal- Dime Ash.
-¿Sabes dónde puede estar Tom? Es que le tengo que dar una cosa pero no me coge el móvil.
-No, no tengo ni idea. -Mierda, pensaba que venía a pedirme perdón, definitivamente soy gilipollas.
-Bueno, gracias de todas formas. Adiós.
-Ash, -la agarré de la muñeca- yo quería emm... quería hablar contigo sobre lo que pasó el día de las balsas y todo eso.
-No hay nada que hablar Marcos.
-Pero déjame que te lo explique, por favor. -La agarré más fuerte.
-Suéltame, me tengo ir. -Dijo muy seria.
-No, tienes que escucharme. -La senté en el portal delante de mí- Ashley, lo siento mucho, de verdad.
 
                                        #Narra Ashley#
-No Marcos, un lo siento ya no es suficiente, si no llego a pararte Dios sabe la que se hubiera armado ahí y como habría terminado Lucas, no tenías derecho a tratarle así, ni a mi tampoco.
De repente las ganas de llorar me inundaron al mismo tiempo que recordaba la imagen de Marcos marchándose de allí y Lucas sentado en una piedra mareado y sangrando. La verdad es que no me hacía falta ni pensarlo dos veces para saber detrás de quién salir corriendo, pero en este momento algo me impedía ir a por Marcos. No le podía perdonar lo que le acababa de hacer a Lucas, pero lo que más quería ahora y siempre era estar junto a él. Tenía muchas dudas, era la primera vez que dos de mis mejores amigos se peleaban por mí, y no me daba mucho gusto que me convirtieran en un ''premio'' que deberían de ganar a base de fuerza bruta.

-Joder Ash, entiéndeme. -Dijo al borde de las lágrimas.
-¿Qué quieres que entienda? Venga ya Marcos, no tienes excusa.
-Es verdad, no la tengo, pero si tengo motivos y con sólo uno me sobra.
-¿Cuáles? -dije dudosa.
-Que después de todo sigo sintiendo que tengo que proteger a esa chica solitaria que pensaba que era fuerte, que tengo que cuidarla y evitar que le hagan más daño del que ya le han hecho, que tengo que guardar como un tesoro cada palabra que me dice, que tengo que ser fuerte por ella, para que nunca le pase nada malo si está conmigo, que sigo sintiendo lo mismo o incluso con más fuerza lo que sentí el día que me enamoré de ella; Ash, que te quiero.


Continuará..

sábado, 18 de febrero de 2012

Capítulo 16.

                                        #Narra Marcos#
Pufff... es preciosa.
-¡Tío! -dijo Harry, un amigo del instituto, dándome un puñetazo en el hombro- Despierta. Te has quedado embobado mirándole el culo a esa. ¡Está buena!
-Ni la mires. -Respondí cortante- Y no le estaba mirando el culo, gilipollas.
-Bueno, bueno, lo que tú digas, no me vayas a pegar por esa.
Me levanté y fui tras ella, cuando la noté lo suficientemente cerca olí su colonia, volví a echarle un vistazo a su perfecto cuerpo y la agarré. Sentí su cuerpo junto al mío, como Ash se extrañaba pero no sentía miedo, como se reía al comprobar que era yo, como me miraba y sonreía al mismo tiempo. Echaba de menos esta sensación, estar juntos sin más barreras que nuestra ropa, abrazarla y acariciar su suave piel, hacerla mía por momentos... La quería, desde el primer momento en que la conocí, y nadie podría llegar a quererla como yo.
Recuerdo que llevaba esa misma falda el día que me enamoré de ella. Era una noche de Agosto, de éstas en las que resfresca y no apetece quedarse en casa, una semana antes de la feria. Tom y Brenda no llevaban ni una semana saliendo, pero parecía que llevaran años; entre ellos se movía un aire especial, mucho amor y ganas de amar, pasión en cada beso, ternura en todos los abrazos y mucha confianza, como si llevaran toda la vida juntos. Y ahí estábamos nosotros. ''Cuatro pelagatos'' medio borrachos en medio de un parque solitario, entre botellas, vómitos y paquetes de tabaco vacíos, buscando la felicidad en el fondo de botellas de cerveza, todos, todos menos ella. Una chica preciosa, muy arreglada, sentada en el césped sola, llorando. Mientras, sus amigas iban borrachas y riéndose con las cervezas vacías en las manos, diciendo gilipolleces y pasando de ella. Aquella chica estaba ahí, sin un mililitro de alcohol en sangre y algo extraño me atraía a ella.
-Mmmm... -me senté a su lado- eres Ashley, ¿no? -había oído hablar alguna que otra vez de ella y creo que la había visto en el instituto.
-Sí, -dijo secándose las lágrimas con las manos- ¿te puedes ir, por favor?
-¿Tienes frío? Llevas la piel de gallina.
-No, estoy bien, déjame tranquila.
-Estás helada. -le acaricié el brazo.
-¡No me toques subnormal!
Era frágil y al mismo tiempo dura, independiente, o eso quería parecer, pero sus lágrimas rompían su caparazón construido con soledad, insultos y el miedo a volverse a equivocar. Me quité la chaqueta, se la puse sobre los hombros y la abracé. No la conocía de nada, pero sentía que esa chica llegaría a ser alguien demasiado especial para mí.
-¿Así mejor?
-No. -dijo fríamente.
-Entonces, -hice ademán de levantarme- mejor me voy.
-No te vayas. -me abrazó y me volvió a sentar a su lado.
Nos pasamos dos o incluso tres horas allí abrazados, sin movernos, sin hablar, mirándonos a los ojos y acariciándonos suavemente. Desde entonces, empecé a sentir por aquella desconocida lo que no había sentido nunca antes.
Salí de mis pensamientos y volví a la realidad. Le besé en el cuello y la abracé más fuerte.

                                        #Narra Ashley#
-Marcos, -no sé por qué, pero no estaba enfadada con él- suéltame anda, que me tengo que ir.- Me di la vuelta y me quedé mirándolo mientras él me abrazaba.
-Dios, que guapa vas hoy, no hacía falta que te arreglaras tanto para mí. -Bromeó.
-¿Para ti? Pues no sueñas tú ni nada cariño. Me voy de fiesta a pillar una buena borrachera; hay que ir vestida para la ocasión.
-Ah, bueno, si es para eso te dejo marchar. ¡Luego no pienso hacerme cargo de ti! -Gritó desde lo lejos.
-No te preocupes, no quiero que lo hagas. -Le respondí y le guiñé un ojo- Vamos Sus, que he encontrado a la clase. -La cogí del brazo y salí corriendo buscando a las demás.
En menos de 10 minutos la plaza se desalojó y nosotros ya habíamos decidido lo que hacer; todos a las balsas de botellón y luego a la discoteca.
Llegamos a las balsas donde estaba todo el pueblo, o incluso más. Era una gran explanada de tierra, debajo de la ermita, donde el único sitio donde te podías sentar o dejar el chorro eran las grandes piedras y los restos de los muros de lo que hace muchísimos años fueron balsas. Después de saludar a todo el mundo sacamos las botellas y empezamos a beber. Era alucinante ver como todo el pueblo se emborrachaba a la vez, cada 15 pasos encontrabas a alguien vomitando o mareado, y la verdad, daba un poco de pena.
Una tras otra las botellas iban desapareciendo y cada vez me encontraba peor, y cuando ya no quedaba nada iba a beber del vaso de algún conocido.
-¡Lucaaaaaaaaaas! -grité desde la piedra en la que estaba sentada- ¡Ven, ven, pero trae el vaso!
-¡Vooooy! -dijo mientras venía hacia a mí con un paso torpe- ¿Qué quieres? -se agachó y puso de cuclillas enfrente mío.
-Dame. -Extendí los brazos y abrí y cerré las manos unas cinco veces seguidas en señal de que me diera de su vaso.
-Toma, todo pa' ti. -Me dio el vaso, se sentó a mi lado y me abrazó.- Tengo un mareo y un calor que flipas. -Empezó a reírse como un loco.
-¡Jejeje! Que tonto eres, suéltame anda, que se va a poner tu amor celosa.
-Me da igual, aún no estamos saliendo, y yo te quiero muuuuuuucho Ash y me gusta abrazarte, por eso te abrazo.
-Ah, bueno, pues entonces tú abrázame que a mi me da igual. -Dejé el vaso en el suelo y le devolví el abrazo.
-Ai, ai, ai, mi Ashley como la quiero. -Me cogió de la barbilla, me giró la cara suavemente y empezó a acercarse a mis labios, cerré los ojos y esperé a que llegase el momento.
De repente, llegó Marcos corriendo y gritando.
-¿¡Qué coño vas a hacer hijo de puta!? -Agarró a Lucas de la camiseta y lo levantó en peso.
En ese instante Marcos le dio un puñetazo en la cara a Lucas, y él que iba borracho le pegaba como podía. Marcos mandaba puñetazos en todas las direcciones y yo no podía hacer nada, me había quedado paralizada mientras Lucas recibía la paliza de su vida.
-¡Marcos, suéltalo! -Me levanté, me acerqué a él y le miré a los ojos rogando que parara.
-No te acerques más a Ashley. Nunca.-le dijo con tono firme y que a mí, me daba bastante miedo- No te quiero ver más. ¿Me entiendes? -Lo soltó.
Marcos se apartó un poco y Lucas se tambaleó un poco recobrando el equilibrio.
-Yo voy a hacer lo que me de la gana, -Lucas me agarró y me pegó a él- y si la quiero besar, la voy a besar. -Y me besó.
                                        #Narra Marcos#
No. No podía estar pasando esto. No podía estar besando a otro. Apreté los puños y me fui, estaba ardiendo de rabia. Salí corriendo de allí esperando que Ash me siguiera, que me cogiera del brazo suplicando que me quedara con ella y que me besara y me abrazara como nunca lo había hecho, necesitaba que me quisiera como yo a ella... pero estaba claro que eso no iba a pasar.

Continuará...

sábado, 11 de febrero de 2012

Capítulo 15.

Llegué a mi habitación y me tiré en la cama. Había pasado una mañana maravillosa con Lucas y nada podría estropearme el día, o eso pensaba yo. Decidí meterme a tuenti, ya que mi madre aún no había terminado la comida, en cuanto lo hice alguien me habló:

-----------------------Conversación chat------------------------
Lucas: Viciaaaaaaaaaaaada :))
Yo: Tssssss... cállate, que aquí el viciado eres tú ;)
Lucas: ¿Quedamos esta tarde?
Yo: Pues venga, que al final no me has dicho quién es tu amor ¬¬
Lucas: ¡Jajaja! Ni te lo voy a decir. Esta tarde a las 5 y media en la plaza, ¡no llegues tarde, tonta!
Yo: Venga vaaaaaaale. Me voy a comer, te quiero idiota :BB
Lucas: Te quieeeeeeeeeero:)
---------------------Te has desconectado-----------------------
Terminé de comer, eran las 4 y 20 y empecé a arreglarme.
Típico dilema. -¿¡Qué coño me pongoooooooooooo!?- Grité para mí pero en voz alta.
-¡Ashley, la boca!- Dijo mi madre desde el salón.
-Que sí, que sí.- Cerré la puerta y encendí la música dejando a mi madre hablando sola.
Empecé a sacar cosas del armario, pero como no encontraba nada decente, encendí la plancha y fui a ducharme. Cuando salí me dí un repaso para que mi pelo quedara perfectamente liso y volví a mirar qué me ponía. Al final quedé satisfecha con mis vaqueros color cámel, mi camiseta rosa, la chaqueta vaquera, un pañuelo rosa y los zapatos cámel. Eran las 5 y cuarto, como la plaza estaba un poco lejos salí con tiempo. Cogí las llaves, unos cinco euros en monedas, el móvil y salí de casa.
Llegué y me senté en un banco que estaba al lado de la fuente a esperar a Lucas. El tiempo pasaba y yo me desesperaba cada vez más, así que saqué el móvil y me puse a jugar. Eran menos cuarto y Lucas no había aparecido. Cuando fui a levantarme apareció, ¿cómo no?
-Hombre, si al final has venido y todo.- Dije un ''pelín'' enfadada.
-Lo siento, -agachó la cabeza- me he entretenido hablando.
-Bueno, bueno, esta vez te lo perdono, pero que no vuelva a suceder.
-Claro, lo que usted mande.- Se sentó a mi lado y no pude evitar ponerme colorada.
No era la primera vez que quedábamos sólos, pero me seguía dando un poco de vergüenza. Nunca se me había dado bien entablar amistad con los chicos, era algo que me costaba muchísimo.
-¿Me vas a decir ya quién te gusta?- Le dije acercándome más a él.
-No.- Sonrió de oreja a oreja. ¡Buaf! Me encantaba su sonrisa.
-Anda... no seas así, que estoy super intrigada. Si no se lo voy a decir a nadie, lo sabes.- Puse cara de cachorrito.
-Bueeeeeeeeeeno, ¿sabes esta muchacha altica, con el pelo rizado, corto, castaño y con flequillo que va a 3ºD de mi instituto?
-¿Alice Looper?- No, no puede ser...
-Sí, es esa, -estaba muy feliz, ¿no se daba cuenta de que iba a romper a llorar?- vamos a salir dentro de poco.- Me mató. No lo podía creer.
-Aaaaaaaaaaaaaaah, mira que bien.- Mostré la sonrisa más falsa de toda mi vida y cambié de tema aguantando las lágrimas.
El tiempo pasó esquivando como fuera el tema de su posible futura novia. Eran las 7,  ya era hora de volver a casa a arreglarme para ir de fiesta con mi clase.
-Lucas, me tengo que ir ya que me tengo que arreglar y de todo.
-Ya, yo también. Os vais de fiesta, ¿no?
-Sí, con la clase. Nos vamos a las balsas o a la discoteca, no sé. ¿Y vosotros?
-Pues nosotros nos vamos a cenar 4ºA y 4ºC juntos y luego a las balsas de botellón, así que a lo mejor nos vemos por ahí.
-Eso espero. Bueno, me voy ya, -le di un abrazo- no bebas mucho, anda.
-No bebas tú, borracha.- Echamos a andar cada uno por su lado.
Cuando llegué llamé a Sus para contarle lo que había pasado.
-¿De verdad, tía? Joder, lo siento mucho.
-No, si da igual...- Le respondí intentado parecer feliz.
-Aunque estemos hablando por teléfono no me engañas, ¿la matamos?
-Que nooooooooo, que estoy bien. Que tonta eres. Por cierto, ¿qué te vas a poner?
-Pues me pondré la camiseta esa que parece de encaje que se transparenta negra con el sujetador negro debajo y la falda negra también, con los tacones negros. ¿Y tú?
-Joder, va a parecer que se te ha muerto el canario.Pues yo me voy a poner... la falda azul marino con los detalles en gris, la camisa blanca, los tacones azules marino y la americana gris.
-Oiiiiis, que mona. ¿A qué hora hemos quedado?
-A las 9 en la plaza para decidir dónde vamos. Llévate por lo menos 15 euros. Adiós gor, que no me da tiempo a arreglarme.
-Venga vale. Adiós cari.- Colgó y fui a ducharme.
Sonó la alarma. 20:45. Terminé de pintarme, cogí mi bolso gris y eché dentro el móvil, pañuelos, las llaves y el dinero y bajé al portal donde ya estaba Sus esperándome. En 5 minutos llegamos a la plaza, que estaba llena de gente. Nos pusimos a buscar a nuestra clase pero era imposible encontrar a alguien entre tanta gente, así que decidimos meternos por en medio y buscar.
-Che, che, che, che.- me agarraron unos fuertes brazos por detrás- ¿A dónde vas tú, preciosa?



Continuará...*

martes, 17 de enero de 2012

Capítulo 14.

22/12/11

-¡Síííííííííííííííííííííííííííí! ¡Por fin se acaba el instituto! -Pensé al mismo despertarme.
Miércoles 22, no me creía que ya hubiera llegado, por fin. Hoy daban las notas, pero eso no era problema para mí. Siempre había sido una chica muy inteligente y trabajadora, hasta que llegué a la E.S.O. Seguía sacando buenas notas, pero no como en primaria. No es que fuera difícil, es que simplemente, no tenía ganas de esforzarme.
Este trimestre me había salido mejor que el año pasado, me había esforzado bastante más.
Me levanté de la cama y fui a arreglarme, siguiendo la rutina de cada día, pero esta vez sin preparar ese gran peso en la espalda al que llamamos cartera.
-¡Mariscos Recio, el mar al mejor precio! Si tiene una ce. - Cogí el móvil, sí, llevo ese tono para los mensajes, me levanta la moral. Era un WhatsApp de Susasa.
-Goooooooooooooooooooor, baja ya que hoy también llegamos tarde! -.-
-Vooooooooy, estoy termindando de plancharme el pelo -Le respondí al instante.
-Me da igual, baja yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Me puse la chaqueta y bajé por el ascensor terminando de arreglarme. Cuando salí todas me miraron con cara de: ¡por fin bajas cabrona! Empezamos a andar en silencio, un silencio un poco incómodo.
- Acho, ¿qué os pasa hoy? -Les dije.
-Pues que nos espera una navidad en casita. -Dijo Cristina.
-Ah ya... -Dije agachando la cabeza. Todas pasaban casi toda la navidad metidas en casa ya que sus padres las castigaban. Yo también lo hacía, pero porque no tenía nadie con quién salir, era la única que siempre lo aprobaba todo, y por eso me tenían un poco de manía.
-Claro, como doña perfecta no suspende nunca... -Dijo Cris casi con odio.
-Ya empezamos otra vez. ¡Vete a la mierda, Cristina! -Aligeré el paso y llegué la primera al instituto. Me quedé donde siempre, esperando a las demás.
Marcos no vino ayer, y al parecer hoy tampoco lo iba a hacer. Fui a hablar con Pablo por si sabía algo de él.
-¡Pableteeeeeeeeeeeeee! -dije dándole un abrazo- Al final, ¿cuántas te han quedado?
-Pueeeeeeees... creo que 8.
-Tú sigues en tu línea, que ya has repetido una vez 4º, ¿lo quieres hacer otra vez o qué?
-Que va, después de vacaciones las recupero.
-Ya. ¡Jajajaja! Emmm... Pablo, ¿has visto a Marcos? Es que ayer tampoco vino y estoy un poco preocupada, tuvimos una pelea fuerte el lunes y...
-Pues no, no va a venir. Me ha dicho que coja sus notas y se las lleve a su casa, pero tú no te preocupes por él.
-Ya, bueno... me voy. -me dio otro abrazo y me fui con las demás que ya habían llegado. Eran las 9 menos cuarto y, la verdad, no sé qué hacíamos allí. Hasta las 10 y media no nos daban las notas y ni siquiera había profesor en la clase.
Empecé a pensar en todo lo que había pasado con Marcos y acabé pensando en Lucas. No tenía ganas de verle. Era feliz a su lado, pero también al de Marcos. Estaba echa un lío. No sabía a quién quería ni a quién dejaba de querer. No entendía cómo podía querer así a dos personas a la vez, eso para mí siempre fue de putilla. Pero aquí estoy, con un pedazo de lío en la cabeza y el corazón un poco destrozado.
-Pufff... -se me escapó un suspiro.
-¿Y a ti que te pasa? -dijo detrás de mí una voz muy conocida aunque pocas veces escuchada.
Me dí la vuelta. -¡Lucaaaaaaaaaaaaaaaas! -lo abracé con todas mis fuerzas- ¡Cuánto tiempo sin verte!
-Pues ya ves, si es que no puedes vivir sin mí. -dijo dándome un beso en la frente.
-Tsssssss... Idiota, puedo perfectamente, lo sabes.
-Ya, ya... Bueno, ¿cómo te han ido las notas?
-A mí genial. Aún no me las han dado, pero no las necesito. Van a ser casi perfectas; la mayoría sobresaliente 9, tres matrículas 10 y un notable 7.
-Empollona... A mi me han quedado Inglés y Matemáticas.
-¡Guaaaaaaaaaaaaaaa! Qué idiota, yo en esas tengo 10. -le dije con aires de superioridad- Te jodes.
-Pues me ayudas. Esta navidad te vienes a mi casa un par de días y me lo explicas todo. Por cierto, es una orden. -me guiñó un ojo.
-¿Perdona? Yo iré si quiero, no por que lo digas tú.
-Vengaaaaaa, no seas así... -se puso a hacer pucheros.
-¡No me pongas esas caras idiota, que más que pena das risa! -empecé a reírme.
-¿Sí, no? Vale, vale... -se giró y echó a andar.
-¡Túúúúúúúú! ¡Espera, que era broma! -salí corriendo tras él, pegué un salto y me monté en su espalda.
-Vienes detrás de mí, me quieres demasiado para dejarme marchar, acéptalo. -Dijo cogiéndome mejor para que no me cayera.
-¡Tú eres tonto! -y le di un pesco- Pues ya no te ayudo.
-No, no. Retiro lo dicho, pero me tienes que ayudar.
-Venga, vale... -yo tenía la cabeza apoyada en su hombro, y él me dio un beso en el moflete. Me quedé mirándolo, me reí disimuladamente y él se puso rojo.
Eran las 10 y media y mi tutor entró por la puerta de clase. Yo seguía subida a la espalda de Lucas, no tenía ganas de bajarme, estaba muy agusto sintiendo su calor.
-Emmm... Ash tiene que irte, ¿no? -dijo él, también se le notaba que no quería que me fuera.
-Es verdad, bueno pues eso.
-Yo me voy ya, que me están esperando en la plaza ya un buen rato.
-Venga, adiós. -Me dio un abrazo que nunca quise que se acabara, pero se acabó.- Ya hablaremos tontico. -sonreí y me devolvió la sonrisa. Él se fue por los pasillos y yo entré en clase.
 *Casi dos horas después*
Salimos del instituto, yo bastante contenta, había acertado con mis notas, y las demás... no tanto.
-Bueno, yo pensaba que iban a ser peores. Siete suspensas no está nada mal. -dijo Sus con su sonrisa en la cara. -Ash, mira quien está ahí. - me susurró.
Era Marcos, con su típica posición. Tenía las manos metidas en los bolsillos, estaba apoyado contra la pared mirando al cielo. Me acerqué a él con paso decidido al ver que no llevaba bultos rectangulares ni cuadrados en los bolsillos. En cuanto me acerqué un poco levantó la cabeza.
 -Lo siento, lo siento mucho, de verdad. -dije tirándome a sus brazos casi llorando- Por favor, yo... yo... lo siento.
-Shhh... -puso su dedo en mis labios- No es culpa tuya, sino mía. Soy yo el que estaba metido en esa mierda, pero lo he dejado, por ti. No quiero perder a una amiga como tú.
¿Amiga? ¿Cómo que amiga? Hace un par de días no me había dado a entender eso. Estaba destrozada. -Pero.. pero... -lloré. Delante de todo el mundo, en medio de la calle, pero me daba igual, lo necesitaba.
-Tranquila, no me verás más con eso, te lo juro. Gracias, sin ti no sé que haría.
-Ni yo tampoco... -dije susurrando
-¿Qué? -dijo acercándose más a mí.
-No.. nada, nada. Bueno, yo ya me voy. -me solté para irme, pero el me empujó otra vez contra su pecho.
-Oye, una pregunta que no viene a cuento, ¿quién era el de esta mañana?
-Ah... Un amigo
-Muy juntos estabais para ser sólo amigos... -me acarició el lado en el que anteriormente Lucas me había dado un beso- Ese tío no me cae bien, puede que vaya a hablar con él.
-Pues a mi sí, y ni te acerques a él, ¿a terminado ya el interrogatorio o qué? -Dije furiosa. Marcos estaba muchísimo más fuerte que él y si llegaban a tocarse Lucas podía salir mal parado.
-No, no ha terminado. -me apretó más fuerte contra él, mientras miraba a alguien. Giré la cabeza y era Lucas que se quedó mirándome una milésima de segundo y se fue.- Me parece que a tu amiguito no le sienta muy bien vernos así. -dijo riéndose. Quise alejarme de él y hablar con Lucas, pero no podía y Lucas cada vez estaba más lejos.
-¡Suéltame cabrón! -chillé mientras le pegaba como podía -Lo has vuelto a joder todo. -Al final se cansó y me dejó ir pensando que Lucas ya estaría muy lejos.
Eché a correr, sentía el latido de mi corazón en los brazos, en la parte donde Marcos había hecho fuerza. Me faltaba la respiración pero no me paré, creo que había corrido más hoy que todo el trimestre en Gimnasia. Lo vi, seguía estando lejos, pero lo podía pillar ya que era una de las más rápidas de mi clase.
-¡Lucas! ¡Lucas por favor, no puedo más! -grité parándome en seco, entre lágrimas, después de media hora corriendo. Él se dio la vuelta pero no se movió ni tampoco habló, sólo se quedó allí, quieto, mirándome. Me acerqué a él con las piernas temblorosas y la respiración entrecortada. -Yo, te lo juro, no era lo que parecía.
-Ash, no me tienes que dar explicaciones, no soy tu novio. -Dijo muy tranquilo y contento.
-Ya, pero como te has ido así, yo pensaba que...
-No te preocupes, me he ido porque llevaba prisa. Mi madre me ha llamado para que vuelva a casa.
-Oh... vale. -no podía estar más avergonzada- Pues entonces nada, adiós. -Acababa de quedar como una gilipollas. Me había montado una película en mi cabeza yo sola, bueno, con ayuda de Marcos.
-Oye espera, no vas a correr todo eso para nada, ¿nos damos una vuelta? -dijo sonriendo.
-¿Tú no tenías prisa por lo de tu madre y eso?
-Bah, da igual.
-Bueno, pues entonces vámonos. -le dije con una cara de felicidad impresionante- ¿Sabes? El muchacho de antes, se pensaba que éramos... ya sabes, que yo te gustaba y eso. Qué tontería, ¿no?
-Pues sí, la gente ya no sabe lo que inventarse. Yo creo que a ese le gustas.
-Que va, no creo.
-Pero te gustaría que fuera verdad, ¿eeeeeh?
-No sé, seguramente no. ¡Jajajaja!
Seguimos hablando y perdimos la noción del tiempo, ya eran las 3 menos cuarto y nosotros seguíamos sentados en un banco cerca de su casa.
Me acompañó hasta mi puerta y nos despedimos con un gran abrazo. No habían pasado ni dos minutos y ya le echaba de menos.

Continuará...*

miércoles, 11 de enero de 2012

Capítulo 13 2/2.

                                #Narra Susana#
-Ash, por favor, deja de llorar. - La abracé.
-No, no puedo. Está metido en toda esa mierda, no puedo verlo así.
-Pues no lo veas, pasa, olvídate de él. -Me sentía culpable por lo de Marcos y porque Ash estuviera llorando, era culpa mía.
  *16 de octubre de 2011*
-¿Qué querías?- Dijo. Me acerqué a él y puse mi mano en su pierna.
-Lo de siempre Marcos, ¿qué voy a querer de ti? -Me acerqué más, él se levantó y se alejó un poco.
-Me has dicho que tenías que contarme algo sobre Ash, ¿el qué?- dijo Marcos un poco cabreado.
-Un trato es un trato; dame lo que es mío y yo te diré lo que quieres saber. -le dije mientras le acariciaba el cuello.
-No, ya me he cansado de esto, ¿no lo entiendes Susana? No te quiero, no quiero enrollarme contigo porque te estás haciendo daño.
-Pues no hay trato... Me voy, aquí ya no pinto nada. -Abrí la puerta lentamente y le miré de reojo esperando una respuesta.
-¡Espera! -me giré y sonreí- un beso, sólo un beso, me lo dices y te vas. ¿Lo tomas o lo dejas?
-Sólo un beso... -Estaba un poco decepcionada, pero bueno, algo es algo.
Lo tiré al sofá y me tiré encima de él. Empecé a besarlo pero el se resistía.
-Te he dicho que sólo uno. -Dijo apartándose de mí.
-Uno no es suficiente, necesito más.
-Pues es lo que hay. Dímelo, -Se levantó de nuevo.- sabes que la quiero, no puedo estar así.
Me partió el corazón. Yo lo amaba, y él... él le quería a ella y ahora ella a él también. Ash no iba a ser feliz con él, sólo le quería desde ayer, o eso me dijo. No podía quitarme en un día lo que yo he estado queriendo desde hace más de dos años. No podía permitirlo. No iban a estar juntos mientras yo me quedaba mirando. Ella no iba a tener lo que yo aún no había conseguido.
-Ayer por la tarde hablé con ella, de ti.
-Y, ¿qué dijo?
-Que... me dijo que... que no.
-¿Qué no? ¿Que no, qué? -dijo extrañado.
-Que no quiere nada contigo ni nunca lo va a querer, que te olvides de ella para siempre, que no intentes nada y que no hables con ella sobre el tema. -Le había metido... ¡Sí, le había mentido!- Lo siento, es lo que me dijo. -Sonreí y me arrimé a él.
Se cayó al suelo, estaba destrozado. Quizás me había pasado un poco, pero en el amor y en la guerra todo vale, ¿no? Me senté a su lado y le besé, y él me siguió sin ganas.
Pasó un rato y dejé de besarle. Me quedé mirándole, era como si estuviera en otro mundo, pensaba que se iba a poner a llorar, pero en ese momento se levantó.
-Adiós. -dijo serio y frío.
-Pero...
-¡Qué te vayas! -abrí la puerta y me quedé apoyada en el marco mientras él cogía su móvil y buscaba algo en la agenda.
- Piiiiii. Piiiiii. Piii ¿Sí?- Era un chico.
-Oye Zack, -¿Zack? Era un antiguo amigo, pero perdimos el contacto cuando empezó a juntarse con mala gente y a consumir lo que no debía.- ¿aún sales con esa gente?
-¡Claro! ¿Por qué? ¿Has cambiado tu idea sobre los porros?
-No, pero quiero hacerlo. ¿Esta tarde a las 7?
-Venga, en la rambla.
-Vale, adiós.- se volvió hacia mí y colgó.- ¿Qué haces aún aquí?
-Marcos, ¿no irás a probar eso?
-No te importa es mi vida. -Me empujó fuera de su casa y dio un portazo.
 *Ahora mismo*
                              #Narra Ashley#
-Joder Sus, que no puedo. Ya lo he intentado, pero no puedo...
-Ya lo sé Ash, pero aunque te cueste tienes que hacerlo, sabes lo mal que lo pasé yo hasta hace tan poco... Pero ahora soy feliz,  he pasado página completamente.
-¿QUÉ? -Me restregué las ojos para limpiarme las lágrimas. -¿Desde cuándo?
-Pueees... desde hace menos de un par de horas. - Sonrió y se encogió de hombros.
-No me lo creo. -No podía ser, después de todo ya no le quería... No pude evitar una sonrisa.
-No te lo creas, es la verdad.
-¿Toda la verdad y nada más que la verdad?
-Sí, sí lo es, y tú deberías de hacer lo mismo.
-No... si yo ya lo he hecho, desde hace dos o tres días. -Era mentira. No sé por qué pero en este momento me salió mentirle.
-¿Y no me has dicho nada?
-Si no querías hablar conmigo...
-Ah ya... es verdad. -Sonrió y me abrazó.
Salimos del instituto juntas hasta llegar a mi casa y me despedí de todas.
Después de comer encendí el ordenador y me conecté a tuenti.
-------------------------- Conversación chat --------------------------
Marcos: Ash, necesito hablar contigo.
Yo: Tú y yo no tenemos nada que hablar, está todo claro.
Marcos: Pero por lo menos déjame explicártelo.
Yo: No Marcos, entiéndeme, no quiero saber nada de ti de momento.
Marcos: Pero, por favor...
Yo: Hablaré contigo cuando se me pase el enfado, así que ahora ni me mires, por tu bien.
------------------------ Te has desconectado -------------------------
Me levanté del ordenador y me sequé las lágrimas, no quería volver a llorar. Por un momento me había creído lo que le había dicho a Susana, mis propias mentiras, había caído en mi propia trampa sabiendo perfectamente que ahora lo quería más que nunca. Me necesitaba para salir de esa mierda y yo lo necesitaba a él para ser feliz.
Le dije a mi madre que si podíamos ir al centro comercial, ya que está en la ciudad y tengo que ir en coche. Fuimos, hicimos las primeras compras de reyes. Se me pasó la tarde volando y sin pensar en Marcos.

Continuará...*

sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 13 1/2.

Marcos se levantó, cogió la caja y se fue sin decir nada más mientras que yo me quedé ahí tirada sin parar de llorar.
Pasaron 20 minutos y yo seguía en la misma posición; sentada con las piernas encogidas y rodeadas por mis brazos, con la cara hundida en entre ellos.
Mi sudadera olía a él, a su colonia mezclada con ese olor a porro, no podía con ese olor así que me la quité. Me quedé en manga corta, me sequé las lágrimas y salí de allí con las piernas temblorosas y tiritando del frío. Aún quedaban 5 minutos para que terminara la clase, así que decidí esperar en la puerta.
                              #Narra Marcos#
Empecé a correr sin rumbo, sin un lugar a donde ir, pero no podía parar. Llegué hasta el parque y me acosté en el césped, en el lugar donde todo empezó.
  *En el mismo lugar, hace 3 meses*
Allí estábamos, los dos, solos, sin más compañía que dos botellas de JB vacías.
-¿Por qué a mi?- dijo entre sollozos. Me encantaba su voz, su dulce voz de niña pequeña y frágil.
-No sé Ash, pero no olvides que me tienes a mí, siempre.- le dije mientras le acariciaba la cara.
Estaba en frente mío, con un vaso de tubo en la mano lleno hasta el borde. No me gustaba verla así; odiaba verla borracha, pero era el único momento en el que nos podíamos dejar llevar.
Pero borracha o no era preciosa. Sus grandes ojos pardo miraban a ningún lado y al mismo tiempo a todos. Tenía esa sonrisa pícara y dulce, esos hoyuelos que le salían al sonreír, esa bonita nariz respingona, esos preciosos labios que tanto ansiaba yo. La quería, más bien, la amaba.
La amaba con todas mis fuerzas y quería que fuese mía, pero sabía que tal cosa no ocurriría. Ella estaba enamorada desde hace más de un año de un chico que pasaba de ella, pero Ash no se daba por vencida. Ella no es de las que se rinden, ni siquiera después de tanto tiempo. Pero no le gustaba hablar de él, y siempre que lo hacía lloraba, ni siquiera me dijo como se llamaba aquel hijo de puta.
Dio un trago largo, tan largo que se bebió más de medio vaso de golpe.
-Oh, dios.- se giró y se puso a vomitar.
Me asusté, esa noche, para ser la primera vez, había bebido mucho, tenía miedo de que le pudiera pasar algo grave. Me levanté corriendo y le sujeté el pelo.
-Tranquila, no pasa nada, luego te sentirás mejor.- dije nervioso. Dejó de vomitar y empezó a llorar.
-¿Por qué? ¿Por qué a mi?- lloraba tanto que le faltaba el aire.
Saqué un pañuelo y le limpié la boca. La abracé y ella puso su cara en mi hombro y siguió llorando. Al poco rato paró.
-Lo siento, siento que tengas que pasar esto por mi.- dijo un poco avergonzada.
-No pasa nada, por ti lo que sea.
-Gracias, de verdad.- Sonrió y me abrazó. Intentó levantarse, pero se cayó.
-¿Te has hecho daño?
-No, estoy bien.
-No, estás borracha.
-Bueno, eso también. -Empezó a reírse. Su risa era perfecta y contagiosa, así que yo también me reí.
Dejamos de reírnos y la cogí como si fuera un saco y me puse a dar vueltas sobre mi mismo.
-¡Túúúúúúúúúúú!- gritó- ¡Que me estoy comiendo tu culo! -Se puso a pegarme en la espalda, pero se cansó y se dejó llevar.
Paré, la solté y me tiré al suelo. Me acosté en ese mullido césped con las manos detrás de la cabeza, viendo como Ash se movía de un lado para otro intentado recobrar el equilibrio hasta que al final se acostó a mi lado, con la cabeza sobre mi pecho. Nos quedamos mirándonos un buen rato hasta que se quedó dormida. Era preciosa, me encantaba estar así con ella, no quería que nunca terminara este momento.
Después de media hora más o menos se despertó.
-¿Has dormido bien?- le pregunté mientras le tocaba el pelo.
-Sí, se duerme muy bien a tu lado.- sonrió. -¿Qué hora es?- dijo bostezando.
-Las 11 y media, temprano.
-Aún nos queda tiempo. Creo que estoy más mareada que antes.- se rió y se incorporó, dio otro trago largo y se acabó el vaso.
Cuando iba a levantarme me empujó y me volvió a tirar al suelo. Se acostó encima mío.
-¿Qué haces? Que nos van a ver.- Dije nervioso, la tenía encima de mí. Ella estaba borracha, y si pasaba algo podría pensar que abusé de ella o algo.
-Que no tonto, no te preocupes.- se sentó sobre mi estómago y se quitó la camiseta.
-Ash, ponte la ropa. ¿Estás tonta o qué?- tengo que decirlo, no tenía un cuerpo diez, pero estaba bastante buena.- Venga, que aquí hay mucha gente.
-No hay nadie,- empezó a besarme el cuello y la oreja- tú procura no empalmarte.
-¿¡QUÉ!? ¡Estás loca! No digas cosas de las que luego te arrepientas.
-¿Arrepentirme, por qué? No te voy a decir que no, si es eso lo que te preocupa.
-No, no es eso. Tú le quieres a uno desde hace tiempo, ¿es que no te importa?
-Bah, sabes que ese no me quiere, no me voy a tirar toda la vida sola por él.
-Pero si ni te gusto, -se desabrochó el botón del pantalón- ¿qué coño intentas?
-No, no me gustas, -me quitó la camiseta-  pero, ¿y qué? Es sólo enrollarnos. -se mordió el labio, me encantaba cuando lo hacía.
-Con ropa también podemos.- dije cogiendo su camiseta.
-Ya, pero así es más divertido.
Que le den a lo que está bien o mal. Empecé a besarla por todas partes, no llegué a tocarle los labios y nos caímos al césped. Ella me mordía la oreja, se puso a darme besos desde la frente y empezó a bajar. Cuando iba por el ombligo me desabrochó el pantalón.
-¡Quieta!. Tienes 15 años.- dije abrochándome el botón.
-¿Y qué más da? Todas las de mi clase no son vírgenes.
-Bueno, pero... pero tú no me quieres. Se quedó en silencio. Me la quité de encima y me puse la camiseta. -Vístete y nos vamos.- me di la vuelta y ella lo hizo.
Fue todo el camino agarrada a mi para no caerse y sin hablar. Al llegar a su puerta me soltó. Fui a besarla, pero ella giró la cabeza.
-Te amo.- le dije.
-Yo no.- me rompió en mil pedazos.
-Espero que mañana no te acuerdes de nada...- dije en voz baja y me fui.
 *Ahora mismo, en el parque*
Una lágrima cayó.
-Eeeeeeeeeeeey, tío, -unos ''amigos'' se acercaron- ¿lo llevas?- me limpié.
-Sí.- dije un poco deprimido.
-¿Qué pasa?- dijo uno.
-Nada...
-Bueno, un poco de esta buena hierba y se te pasará todo.
Sonreí. Odiaba esa mierda, pero era lo único que me hacía olvidar a Ash.
Saqué la caja, lié el porro y le di una calada. Lo pasé. Cuando volvió a mi lo rechacé con la mano.
-¿No quieres más?
-No, hoy no me apetece.- me fui de allí.
Ese sitio me recordaba a ella, a lo que pudo haber pasado.
-¡Joder! -empecé a llorar- Ahora no. No es justo.- Ash se había enfadado conmigo, lo tenía claro, no volvería a hablarme en mucho tiempo. Saqué el móvil y llamé a Tom, era el único que me entendía.
-¿Si?- dijo él.
-Cabrón, ¿qué haces que no estás en clase?
-No tenía ganas. - nos reímos, yo sin ganas.- Oye, ¿qué pasa?
-Quería hablar contigo.
-¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?
-En la puerta del parque. Lo de siempre, Ash...
-Ah... -Tom era mi mejor amigo, pero cuando hablábamos de ella no podía ayudarme.- Bueno, cojo la mochila y voy en 5 minutos, no te muevas de ahí.
-Vale.- colgué.
Tom se enamoró de Ashley cuando empezamos a juntarnos, y no le hacía mucha gracia que yo la quisiera, pero nunca me pelearía con él por una tía.
 *10 minutos después, en el mismo sitio*
-¡Marcooooooooooooooos!- Salí de mis pensamientos. Tom se acercó y me abrazó- ¿Otra vez? -me miró preocupado, se había dado cuenta de la peste a maría que echaba.
-Sí, por desgracia sí. -Empezamos ha hablar, le dije lo que había pasado esta mañana con Ash, y pronto se hicieron las 2.
Quería contarle lo de Ashley, pero era algo que nadie sabía. Ash no sé acordaba de nada debido a todo lo que bebió y yo no quería refrescarle la memoria, era una historia que preferiría olvidar.
-Bueno, me voy ya Marcos, que mi casa está lejos.
-Ya, lo sé. -le abracé otra vez. -Adiós, y gracias tío.
-De nada subnormal.
Volví al instituto a por la mochila y la vi. Después de 3 o 4 horas aún tenía los ojos llorosos. Esperaba que no se hubiera pasado las clases llorando.
Pasé por su lado y le sonreí. Ashley me miró con cara de odio y se fue.

Continuará...*

jueves, 5 de enero de 2012

Capítulo 12.


Los nuevos nombres:

Inés------- Ashley
María----- Susana
Arantxa--- Brenda
Miriam---- Lorena
Juan------- Marcos
David------ Lucas
Josué------ Pablo
Isma------- Tom


19/12/11


Hoy es lunes. Odioso lunes... Aunque pensándolo bien, si el lunes no existiera odiaríamos el martes, y si el martes no existiera odiaríamos el miércoles, y así sucesivamente. Pero bueno, ¡sólo quedan dos días para las vacaciones!
Me levanté de la cama y me arreglé. Hoy tocaba Educación Física, así que me puse unos leggins azules marino, con una camiseta con la bandera de Reino Unido y unas zapatillas y una sudadera Converse rojas y salí.
En el portal me esperaban Susana, Lorena, Cris y Samara (unas amigas de clase). No mencioné nada de lo que pasó el sábado, no quería que se enterase nadie; aún dudaba si contárselo a Lorena. Sé que no va a decir nada, pero no me apetecía que me dijera: ''te quiere'', ''sal con él'', ''le gustas'', ''¡que monos!'' o todas esas cosas que, de momento, no me quería creer.
No quería ilusionarme con Marcos, ya lo había pasado bastante mal con todos los chicos de los que me había enamorado anteriormente, y con éste no quería volver a fallar. La verdad, no me apetecía pasar semanas o incluso meses llorando y deprimida por él, por creer que podríamos llegar a ser algo más. No quiero. Y aunque suene egoísta, ahora prefiero MI felicidad a la de los demás. Porque esta vida da muchos palos, y la mayoría me los he llevado yo.
Bueno, volviendo al tema, llegamos al instituto. Subimos las escaleras y nos dirigimos a clase. Allí estaba Marcos, apoyado en la puerta con las manos dentro de los bolsillos mirando al techo. ¡Me encantaba! Lo vi desde el principio del pasillo. Quería que se diera cuenta de que había llegado, pero disimuladamente, no quería que supiera que me gustaba, así que empecé a elevar la voz un poco.
Se dio cuenta y se quedó mirándome. Pasé por su lado, casi rozándole, me cogió de la cintura y se acercó a mi oído.
-¿Los quieres aquí o en la intimidad?- Dijo susurrando y enseguida caí en lo que era. En este momento pesé que era un poco idiota; con lo que le dije el sábado estaba claro de que no quería que se enterara nadie.
Susana se paró y se giró para buscarme, en el momento en el que puso la vista en mi le dí un codazo en la barriga a Marcos.
-¡Suélta!- y entré en clase mientras él se quedaba allí tirado rabiando de dolor.
Terminó la clase y Susana se puso ha hablar conmigo.
-¿Qué quería Marcos?- Dijo con tono enfadado pero a la vez triste.
-Nada, no le he oído bien.
-Como te tenía tan bien cogida...- Me miró con odio.
-Sus, ¿tú eres gilipollas o qué? No me lo puedo creer... Yo.. ¡yo flipo macho!
-¿Es que pasó algo el sábado?
-No, joder, ¿no te fías de mi? Pues nada, ale, adiós ''amiga''.- Dije con un poco de ironía que esperaba que ella hubiera pillado y subí corriendo al tercer piso a buscar a Marcos.
Estaba con Pablo y unos cuantos más. Me acerqué corriendo y lo enganché del brazo. Lo arrastré hasta un rincón.
-Lo siento.- Dije mientras agachaba la cabeza.
-No pasa nada.- Me subió la cabeza y me acarició el pelo. Sonreí.- Bueno...- me volvió a agarrar de la cintura y me pegó a él. Empezó a besarme el cuello. Olía raro. Ese asqueroso aroma me sonaba.- Veo que no has aguantado mucho en venir a mí.- Le empujé un poco para separarme de él, pero parecía un pulpo.
-Tengo clase.- Le dije con la voz temblorosa. Es verdad, tenía un miedo horrible, pero aún no sé a qué. Me escapé de sus caricias y besos por mi cuello y bajé corriendo a clase.
Llegué y llamé a la puerta.
-¿Se puede?- tocaba Física y Química.
-No, llegas 15 minutos tarde. Vete a la sala de profesores.- Cerré la puerta y me fui.
Llegué. Me encantaba esa sala. Era enorme, con tres grandes mesas en el medio y unos 20 o 25 ordenadores al rededor de la pared.
-¿Biología?- preguntó una de mis maestras.
-No, Física y Química.
-¿¡Qué!?- Se dio la vuelta cuando ya había escrito ''Biol''. Como ya dije antes, siempre que aparecía por ahí estaba en Biología.- ¿Qué ha pasado?- Dijo con cara preocupada.
-Nada, que he llegado tarde.- Sonreí.
Ella tachó lo que había escrito y puso en un folio: 2ªh-Ashley Smith-3ºA-F.Q. Eso era una especie de parte que, supuestamente, mandaban a tu casa y que los padres debían de firmar, pero a mí, por lo menos, nunca me llegó.
Pasaron cinco minutos y se abrió la puerta. Era él otra vez. Me miró y sonrió. Se sentó a mi lado.
-¿Qué haces aquí?- le pregunté yo.
-Fui a buscarte a tu clase, y como no te vi supuse que estarías aquí.- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Hubo un silencio. De repente se oyó al director llamar por megafonía a todos los profesores, y éstos se fueron dejando la sala vacía con nosotros dentro.
Yo estaba sentada, con las mangas remangadas, la cabeza sujetada con una mano y la otra mano colgando, mirando al lado opuesto donde estaba Marcos. Noté una caricia que me subía por el brazo hasta el cuello. Sentía su respiración cada vez más cerca. Empezó a tocarme el pelo y a acariciarme los labios.
-Marcos, ¡estáte quieto!- dije yo poniéndome de pie.
-Anda, venga, si estamos solos.- Me cogió por detrás. Otra vez ese asqueroso olor.
-Que ya te he dicho que no.- Me solté y me puse al otro lado de la mesa.
-¿Quieres jugar? Vas a jugar.- Empezó a correr detrás de mí.
Ahí estábamos los dos, corriendo alrededor de una mesa como idiotas. De repente algo se le cayó del bolsilo y me paré a ver que era mientras él lo buscaba desesperadamente.
Lo cogí y él se quedó parado. Era una cajita de metal. Ya se lo había visto a otra gente de clase. Era lo bastante pequeña para caber en el bolsillo pero suficientemente grande para que cupiera lo que nunca me hubiera imaginado de él. La abrí.
-¿¡Pero qué...!?- Se me cayó de las manos al mismo tiempo que rompí a llorar.
Era mariguana. Ya sé que no os parecerá raro ni algo malo, pero los porros era lo que más odiaba en esta vida, era lo único que me superaba. Lo peor es que cuando ya no le hicieran efecto se pasaría a algo peor, y así hasta...
Me caí al suelo y seguí llorando, no podía más, ya era lo que me faltaba. Marcos se acercó a mi y me abrazó.
-Tranquila, no tienes por qué ponerte así.
-¡Quita, no te me acerques!- Me alejé de él arrastrándome, ya que no tenía ni fuerzas para levantarme.- ¡Vete, desaparece de mi vista! ¡Fuera!


Continuará...*

miércoles, 4 de enero de 2012

INFORME.

Bueno, voy al grano mis fieles seguidores!:S
No puedo seguir subiendo capítulos. Sí, es verdad, no es ninguna broma.
Necesito nuevos nombres de chicas y chicos para seguir escribiendo la novela. Si dentro de poco no tengo los nombres supongo que tendré que abandonar la historia y borrar el blog. :((
Esto no es porque yo quiera, sino por motivos... personales, más o menos. Me gustaría que me ayudarais dando ideas de nombres bonitos y que molen (si son ingleses mejor, me gustan más), ya que yo últimamente no estoy para nada.
Espero que me ayudéis, no cuesta nada, por favor. Podéis dejarlos en un comentario en el blog, o dejándome un privado en tuenti (Love Dream And Photography) o un comentario en la página de tuenti ( http://www.tuenti.com/#m=Page&func=index&page_key=1_2323_74240496 )

Inés---------------------- Ashley
María-------------------- Susana
Arantxa------------------Brenda
Miriam------------------- Lorena
Juan---------------------- Marcos
David--------------------- Lucas
Josué-------------------- Pablo
Isma----------------------Tom

C.F. depende de vosotros, C.F. sois vosotros.

Besos, la Love.