16/12/11
Me desperté a
las seis menos un minuto. Me levanté en silencio, con la luz del
móvil busqué los libros encima del escritorio y fui al comedor.
Me senté en el
sofá y me puse una manta por encima, hacía muchísimo frío y aún
no había amanecido. Abrí el libro y empecé a leer. A las 7 ya me
sabía el tema, ya que era bastante fácil, así que decidí poner la
alarma a las siete y media y dormir. Cerré los ojos, y a
los dos segundos ya me había dormido. Tenía muchísimo sueño.
A las siete y
veintinueve me levanté del sofá. Fui a mi habitación y subí las
persianas con los gruñidos de mi hermana recién levantada de fondo.
Cogí mi ropa y fui a ducharme. Mientras el agua caliente caía me
quedé pensando que cuando llegara al instituto vería a Marcos, y
entonces me pediría una respuesta; esa respuesta que aún no tengo y
no creo que consiga hasta dentro de... mucho tiempo, y cuanto más
mejor.
Llegué al
instituto sola. Al entrar a clase un grupito se acercó a mi para
felicitarme por el espectáculo de ayer. Me giré y los miré con
cara de pocos amigos, todos se dieron la vuelta enseguida.
Me salí al
pasillo como todos los días, a esperar a las demás.
Por fin era viernes, tenía ganas de salir de fiesta y olvidarme de todo gracias a una buena borrachera.
Por fin era viernes, tenía ganas de salir de fiesta y olvidarme de todo gracias a una buena borrachera.
Marcos pasó por
mi lado y se paró, le miré y no le dije nada. Se acercó y metió sus dedos
indice y corazón entre mis costillas y cadera.
-¡COSQUILLAS!-
Gritó imitando al monstruo de las galletas.
Al poco tiempo
ya estaba tirada en el suelo retorciéndome muerta de risa con Marcos
encima de mi estómago.
-¡No, por favor para!- Dije entre carcajadas.
-¡No, por favor para!- Dije entre carcajadas.
-Mmmm... ¡Nunca!
¡Buajajajajaja!- Se rió como uno de los malos de las pelis Disney.
-Por favor, haré
lo que quieras, pero para.- Estaba llorando de la risa. No podía
parar de reír.
-¿Lo qué
quiera...?- Paró.- Mmm... lo que yo quiera, ¿no?
Mierda, la
acababa de cagar. Ahora me pediría una respuesta, y tendría que
pensarla entre lágrimas y carcajadas. Yo estaba tirada en el suelo y
él sentado en mi barriga en medio de un pasillo lleno de alumnos.
Se agachó más.
Más. Más. Más. Y se paró. Estaba a menos de medio palmo de mi
cara.
-Que no me bese, que no me bese...- pensé desesperada.
-Que no me bese, que no me bese...- pensé desesperada.
-No hay nada que puedas hacer.- Se levantó y se fue.
A los tres
minutos apareció Brenda con otras amigas de clase.
-Muchacha, ¿qué
haces ahí tirada?- Dijo desde la otra punta del pasillo.
No me acordaba
de que estaba allí acostada. Me levanté corriendo.
-Nada.- sonreí.- ¿Y Susana?
-Nada.- sonreí.- ¿Y Susana?
-Está mala, hoy
no va a venir, le duele mucho la espalda, tiene una contractura o yo
que sé.
-Aaah... Vale.
¿Vamos esta tarde a verla?
-Vale.- Brenda
entró en clase y todos los tíos se quedaron mirándola.
Era muy alta, con muchas tetas y un culo normal. La mayoría de chicos del insti se habían fijado en ella por sus tetas, porque más no tenía, ya que no es que fuera muy guapa.
Era muy alta, con muchas tetas y un culo normal. La mayoría de chicos del insti se habían fijado en ella por sus tetas, porque más no tenía, ya que no es que fuera muy guapa.
Las clases
pasaron un poco lentas, ya que no estaba Susana para hablar, y en los
recreos nos quedamos dentro de clase porque hacía muchísimo frío.
La semana pasada nuestro tutor nos había cambiado de sitio, y me
había puesto justo al lado de Susana, y ver su mesa vacía me
quitaba las ganas de dar clase.
Por la tarde,
después de comer me conecté a tuenti. Lucas estaba conectado. Me
habló.
Lucas:
Tsssssss... ¡guapa! ;))
Yo: Idiota...¬¬
¿Cómo se te
ocurre ponerte a chillar en medio del centro comercial, y delante de
mis padres?
Lucas: Por
favor, perdone usted.
Yo: Já-já. ¿Te
compraste muchas cosas o qué?
Lucas: Sí, unas
cuantas. ¿Y tú qué? Todo el centro, ¿verdad?
Yo: No, pero
hubiera estado bien. ¡Jajajaja!
A ver si me
invitas a algo por tu cumpleaños, que yo me lo merezco.;)
Lucas: Pero si
es mi cumpleaños, en todo caso me deberías de invitar tú a mí.
Yo: Las
señoritas no invitan, y de todas maneras tú no bebes, no te puedo
invitar.
Lucas: Pues me
compras una Coca-Cola.
Yo: ¿Sí o qué?
Pues ya está, el próximo día una Coca-Cola para Deivi. Pero que tú
si me puedes invitar a un chorro, que no te voy a decir que no.;)
Lucas: Venga,
vale. Pero sólo a uno, que luego no quiero acompañarte a tu casa
porque no sepas donde vives. ¡Jajajajaja!
Yo: ¿Con uno
sólo? Tú flipas chavalín. A mi me hacen falta más.
Lucas: Bueno,
pues te invito a los que tú quieras.
Yo: ¡Toma! Que
semanica más buena llevo; uno me pide rollo, otro me invita. Si es
que estoy que me salgo.
Lucas: ¿Qué te
han pedido rollo?
¿Quién, quién?
A ver si voy a tener que ir a partir cuellos...
Yo: ¡Jajajaja!
A ti no te lo digo, que tú se lo dices a todos.
Lucas: Que
fuerte, no confías en mi...
Yo: Que sí, que
sí confío en ti...
Lucas: Bueno,
bueno... ya lo averiguaré yo solito.
Después de una
media hora más hablando de tonterías sin sentido me desconecté y
le dejé la conversación a Susana en un privado. A los cinco
segundos me llamó.
-¡Tíaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- gritó ella desde el otro lado del teléfono.
-¿Qué?
-He leído la
conversación, que bonito.
-Sí... una cosa
loca.- Puse cara de decepción.
-¿Pero tú has
visto lo que te ha dicho cuando lo has contado lo de que te han
pedido rollo?
-Ya, pero
estábamos de broma.
-No, él lo ha dicho de verdad. Por cierto,
¿quién te ha pedido rollo a ti? Cabrona, ya no me cuentas nada...
¡Ostias! Es
verdad, no le había dicho nada de lo que pasó ayer, ni de lo de
hoy.
-Nadie, era para ver que me decía.
-Nadie, era para ver que me decía.
-Mentira, que no
nací ayer cariño. ¿Quién?
-Que nadieeeee.
No seas pesada. Nena, te tengo que colgar. Adiós.- Colgué
corriendo y me fui a ver la televisión. Un rato después llamó Brenda al fono.
-Si es para mí,
dí que no estoy.
-Vale.- Dijo mi
hermana. -¿Si? No, no está. No sé, se fue hace poco a... a casa de
mi abuelo. Venga adiós.- Me miró.- Era Brenda.
-Ya, ya lo sé.
-¿Qué pasa?
-No nada, que no
tengo ganas de salir.
-Vale.- Entendió
que me pasaba algo, que de momento ni iba a contarle y no insistió.
La verdad, no sé
lo que me pasaba. No tenía ganas de nada. Se me habían quitado las
ganas de salir. No cené, directamente me acosté y me quedé
dormida.
Continuará...*
Continuará...*
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