miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capítulo 10.


16/12/11


Me desperté a las seis menos un minuto. Me levanté en silencio, con la luz del móvil busqué los libros encima del escritorio y fui al comedor.
Me senté en el sofá y me puse una manta por encima, hacía muchísimo frío y aún no había amanecido. Abrí el libro y empecé a leer. A las 7 ya me sabía el tema, ya que era bastante fácil, así que decidí poner la alarma a las siete y media y dormir. Cerré los ojos, y a los dos segundos ya me había dormido. Tenía muchísimo sueño.
A las siete y veintinueve me levanté del sofá. Fui a mi habitación y subí las persianas con los gruñidos de mi hermana recién levantada de fondo.
Cogí mi ropa y fui a ducharme. Mientras el agua caliente caía me quedé pensando que cuando llegara al instituto vería a Marcos, y entonces me pediría una respuesta; esa respuesta que aún no tengo y no creo que consiga hasta dentro de... mucho tiempo, y cuanto más mejor.
Llegué al instituto sola. Al entrar a clase un grupito se acercó a mi para felicitarme por el espectáculo de ayer. Me giré y los miré con cara de pocos amigos, todos se dieron la vuelta enseguida.
Me salí al pasillo como todos los días, a esperar a las demás.
Por fin era viernes, tenía ganas de salir de fiesta y olvidarme de todo gracias a una buena borrachera.
Marcos pasó por mi lado y se paró, le miré y no le dije nada. Se acercó y metió sus dedos indice y corazón entre mis costillas y cadera.
-¡COSQUILLAS!- Gritó imitando al monstruo de las galletas.
Al poco tiempo ya estaba tirada en el suelo retorciéndome muerta de risa con Marcos encima de mi estómago.
-¡No, por favor para!- Dije entre carcajadas.
-Mmmm... ¡Nunca! ¡Buajajajajaja!- Se rió como uno de los malos de las pelis Disney.
-Por favor, haré lo que quieras, pero para.- Estaba llorando de la risa. No podía parar de reír.
-¿Lo qué quiera...?- Paró.- Mmm... lo que yo quiera, ¿no?
Mierda, la acababa de cagar. Ahora me pediría una respuesta, y tendría que pensarla entre lágrimas y carcajadas. Yo estaba tirada en el suelo y él sentado en mi barriga en medio de un pasillo lleno de alumnos.
Se agachó más. Más. Más. Más. Y se paró. Estaba a menos de medio palmo de mi cara.
-Que no me bese, que no me bese...- pensé desesperada.
-No hay nada que puedas hacer.- Se levantó y se fue.
A los tres minutos apareció Brenda con otras amigas de clase.
-Muchacha, ¿qué haces ahí tirada?- Dijo desde la otra punta del pasillo.
No me acordaba de que estaba allí acostada. Me levanté corriendo.
-Nada.- sonreí.- ¿Y Susana?
-Está mala, hoy no va a venir, le duele mucho la espalda, tiene una contractura o yo que sé.
-Aaah... Vale. ¿Vamos esta tarde a verla?
-Vale.- Brenda entró en clase y todos los tíos se quedaron mirándola.
Era muy alta, con muchas tetas y un culo normal. La mayoría de chicos del insti se habían fijado en ella por sus tetas, porque más no tenía, ya que no es que fuera muy guapa.
Las clases pasaron un poco lentas, ya que no estaba Susana para hablar, y en los recreos nos quedamos dentro de clase porque hacía muchísimo frío. La semana pasada nuestro tutor nos había cambiado de sitio, y me había puesto justo al lado de Susana, y ver su mesa vacía me quitaba las ganas de dar clase.
Por la tarde, después de comer me conecté a tuenti. Lucas estaba conectado. Me habló.
Lucas: Tsssssss... ¡guapa! ;))
Yo: Idiota...¬¬
¿Cómo se te ocurre ponerte a chillar en medio del centro comercial, y delante de mis padres?
Lucas: Por favor, perdone usted.
Yo: Já-já. ¿Te compraste muchas cosas o qué?
Lucas: Sí, unas cuantas. ¿Y tú qué? Todo el centro, ¿verdad?
Yo: No, pero hubiera estado bien. ¡Jajajaja!
A ver si me invitas a algo por tu cumpleaños, que yo me lo merezco.;)
Lucas: Pero si es mi cumpleaños, en todo caso me deberías de invitar tú a mí.
Yo: Las señoritas no invitan, y de todas maneras tú no bebes, no te puedo invitar.
Lucas: Pues me compras una Coca-Cola.
Yo: ¿Sí o qué? Pues ya está, el próximo día una Coca-Cola para Deivi. Pero que tú si me puedes invitar a un chorro, que no te voy a decir que no.;)
Lucas: Venga, vale. Pero sólo a uno, que luego no quiero acompañarte a tu casa porque no sepas donde vives. ¡Jajajajaja!
Yo: ¿Con uno sólo? Tú flipas chavalín. A mi me hacen falta más.
Lucas: Bueno, pues te invito a los que tú quieras.
Yo: ¡Toma! Que semanica más buena llevo; uno me pide rollo, otro me invita. Si es que estoy que me salgo.
Lucas: ¿Qué te han pedido rollo?
¿Quién, quién? A ver si voy a tener que ir a partir cuellos...
Yo: ¡Jajajaja! A ti no te lo digo, que tú se lo dices a todos.
Lucas: Que fuerte, no confías en mi...
Yo: Que sí, que sí confío en ti...
Lucas: Bueno, bueno... ya lo averiguaré yo solito.
Después de una media hora más hablando de tonterías sin sentido me desconecté y le dejé la conversación a Susana en un privado. A los cinco segundos me llamó.
-¡Tíaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- gritó ella desde el otro lado del teléfono.
-¿Qué?
-He leído la conversación, que bonito.
-Sí... una cosa loca.- Puse cara de decepción.
-¿Pero tú has visto lo que te ha dicho cuando lo has contado lo de que te han pedido rollo?
-Ya, pero estábamos de broma.
-No, él lo ha dicho de verdad. Por cierto, ¿quién te ha pedido rollo a ti? Cabrona, ya no me cuentas nada...
¡Ostias! Es verdad, no le había dicho nada de lo que pasó ayer, ni de lo de hoy.
-Nadie, era para ver que me decía.
-Mentira, que no nací ayer cariño. ¿Quién?
-Que nadieeeee. No seas pesada. Nena, te tengo que colgar. Adiós.- Colgué corriendo y me fui a ver la televisión. Un rato después llamó Brenda al fono.
-Si es para mí, dí que no estoy.
-Vale.- Dijo mi hermana. -¿Si? No, no está. No sé, se fue hace poco a... a casa de mi abuelo. Venga adiós.- Me miró.- Era Brenda.
-Ya, ya lo sé.
-¿Qué pasa?
-No nada, que no tengo ganas de salir.
-Vale.- Entendió que me pasaba algo, que de momento ni iba a contarle y no insistió.
La verdad, no sé lo que me pasaba. No tenía ganas de nada. Se me habían quitado las ganas de salir. No cené, directamente me acosté y me quedé dormida.


Continuará...*

No hay comentarios:

Publicar un comentario